procesiones de Viernes Santo
Desde el momento mismo de la organización de la Asociación, preocupó a todos sus miembros la organización de las procesiones. Era preocupante saber que no se contaba con urna y túnicas para el Señor Sepultado. Se decidió entonces procesionarle sin túnica, exánime, como lo describen las Escrituras.
Se utilizó al principio (1957) un anda perteneciente a San José, que prestó por única vez don Mario Ruata Asturias. Pero gracias a las gestiones hechas por doña Odilia Palomo de Castillo Armas, se obtuvo la aéreo transportación de la madera obtenida en Petén por Benjamín Motta. Estas piezas de caoba fueron hábilmente labradas por Fernando Motta, Oscar Mejía, Rodolfo Rodríguez, Vicente Azurdia y otros. El resultado fue un anda de 62 brazos a la que se le enlazaron 14 medallones que representaban al Vía Crucis, cuyos moldes fueron traídos desde España por Fray Miguel. Fueron fundidos en los talleres de la IRCA, hoy FEGUA.
Se decide también ese año cambiarle la cabellera a Jesús del Consuelo, sustituyendo la cabellera de canelones por una de lacios cabellos, dándole una apariencia más dulce y real.
Cuentan los antiguos cruzados que durante ese año se portaban ya las “capas blancas” confeccionadas de franela y con plomos para evitar que el viento las levantara.
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