Y así, año con año, de una forma u otra, los Viernes Santos, la bella imagen ha sido llevada en hombros por los devotos “cargadores”. En el año de 1852 la visión apostólica de Fray Pedro Mártir de Salazar transformó la antigua Cofradía del Cristo Morto en momentos difíciles de azaroso siglo XIX, en la hermandad del Señor Sepultado actual, la que tiene entre otros como fines principales:
 
1.- La Santificación de sus miembros, mediante la práctica de las virtudes cristianas y el recuerdo de la vida, pasión, muerte y gloriosa resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

2.- El culto y veneración de su consagrada y bella imagen.



El expediente donde se hace constar la transformación de la Cofradía del Cristo Morto en la Hermandad del Señor Sepultado del Templo de Santo Domingo, está en el Archivo General del Gobierno, bajo el No. B-78 del ramo de solicitudes, legajo No. 859, Municipalidad 1852, por lo que, con mucho orgullo nuestra asociación penitencial puede ofrecer a los pies de nuestro Señor Sepultado más de cuatrocientos años de amor y veneración de su canónica institución, primero como Cofradía y después como hermandad. Desde 1853, año de la transformación de la Cofradía del Cristo Morto a Hermandad del Señor Sepultado de Santo Domingo, nuestra institución ha estado presidida por un grupo selecto de hombres que han dejado su mejor esfuerzo en pro de su engrandecimiento y enriquecimiento espiritual de sus miembros, cuyos nombres dejamos escritos en este documento histórico en orden cronológico:


Los Presidentes:
Fray Pedro Mártir de Salazar, O. P.
+ Fray Valentín Muñoz, O.P.
+ Fray José Casamitiana, O.P.
+ Fray Julián Raymundo Riveiro, O. P.
+ Manuel Estrada Rodríguez
+ Manuel J. Alvarado
+ Manuel Zeceña Beteta
+ Manuel J. Coronado
+ Rafael Orantes
+ Rodolfo Castillo Azmitia
+ Alfredo Valenzuela Moreno
+ Eduardo Morales Cospín
+ Mario Barrutia Rodríguez
+ Francisco Rodríguez Melliz
+ Juan Gavarrete Soberón
+Guillermo Mancilla Cruz